viernes, 28 de marzo de 2008

El Perú: entre los Andes, las playas y la selva

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Bueno, primero que nada, agradecer a la gente que leyó el blog y que dejó sus comentarios. Como algunos se habrán dado cuenta, hace mucho que no escribimos nada, pero no ha sido por falta de ganas, sino por falta de tiempo: en menos de tres meses hemos llegado a Venezuela por tierra, de ahí volamos a Cuba, regresamos a Caracas, y ahora estamos en Colombia. Todo ha pasado muy rápido, y no hemos tenido respiro. Ya comenzamos a sentir el cansancio de tres meses de viaje, sin mucho descanso, y con unas mochilas que ya pesan toneladas gracias a los recuerdos que hemos acumulado a lo largo del camino.
De Cuba nos quedamos con un gran recuerdo: nos costó mucho dejar esa tierra que nos hizo sentir más latinoamericanos que nunca. Cuba era la meta de este viaje, y ya la alcanzamos; increíble. Pero ya les contaremos más adelante. Ahora vamos a seguir desde donde dejamos.
El Perú: entre los Andes, las playas y la selva
“Ahora sé, casi con una fatalista conformidad en el hecho, que mi esencia es viajar, que nuestra esencia, mejor dicho, porque Alberto en eso es igual a mí. Sin embargo, hay momentos en que pienso con profundo anhelo en las maravillosas comarcas de nuestro sur.
Hemos comprendido que nuestra vocación, nuestra verdadera vocación, era andar eternamente por los caminos y mares del mundo. Siempre curiosos, mirando todo lo que aparece ante nuestra vista. Olfateando todos los rincones, pero siempre tenues, sin clavar nuestras raíces en tierra alguna…”
Ernesto Guevara De La Serna
Dejamos la ciudad de Potosí en Bolivia para dirigirnos al lago Titicaca, en la frontera con Perú. Llegamos a Copacabana y pasamos una noche increíble en la paradisíaca Isla del Sol, a pura guitarreada, en donde nuestra guitarra acústica (que en paz descanse) supo brillar como una Gibson Les Paul.
Al día siguiente ya habíamos dejado Bolivia, país en el que solo estuvimos seis días (aunque merecería tres meses para conocerlo bien), y entramos en el gran Perú, país que nos recibió excelentemente bien, y al que más tiempo le dedicamos: 24 días.
El Perú es maravilloso en todo sentido: la gente es increíble, muy amable y generosa, a pesar de ser muy humildes. Además, nos quieren mucho a los argentinos, a pesar de lo mucho que son discriminados en nuestro país. También, sienten como una gran traición el hecho de que les hayamos vendido armas a Ecuador en tiempos de guerra con Perú. Nos recordaban la ayuda que nos dieron en la guerra de Malvinas con tres pilotos y tres aviones, y les costaba entender que la venta de armas a Ecuador fue un hecho vergonzoso atribuible a toda la manga de corruptos que governó el país en los noventa.

El Cuzco
Perú lo tiene todo: sierras y montañas, playas, y la gran selva amazónica, sin contar los sitios arqueológicos más importantes de America del sur. Llegamos al Cuzco, en donde estuvimos cuatro noches y cincos días espectaculares. En el Cuzco se mezclan la arquitectura incaica con la colonial creando una belleza
única en el mundo: los españoles levantaron la ciudad sobre las gigantescas rocas incaicas que sirvieron de base, no sin antes destruir y saquear todo lo que había.
En Cuzco nos separamos por primera vez con Seco: el se fue a Machu Pichu y, como yo había ido el año pasado, no me dieron ganas de gastar 150 dólares en un día, así que me fui con un amigo peruano a visitar una colonia hippie en las sierras. Ese día fue muy importante, porque ahí supe que no quería ser un hippie, o mejor, ese tipo de hippie: la mugre que tenían esos tipos hermano, hacía tres meses que no se bañaban! Así que mejor aventurero que hippie...
Cuzco también fue muy importante porque ahí conocimos el pizco, y nos pegamos la primer borrachera del viaje: entramos sacando pecho y salimos de rodillas del bar "Los siete angelitos" en el barrio de San Blas, en donde Walter, el dueño y capo de la movida, nos hizo probar todas las variedades de pizco. Ahí tuvimos nuestra primera invitación a tocar, aunque la falta de tiempo para preparar los temas, además de que nos teníamos que ir hacia Lima, hizo que nuestra primera presentación como dueto se pospusiera por varios días.
La ultima noche en Cuzco también fue importante, porque a partir de ahí me transforme en Arnie Hussid, un conocido actor y modelo israelita-peruano al que dicen que me parezco mucho: no faltaron los borrachos que me regalaban cerveza, y hasta ligué una campera. Claro, primero decía "No, no soy Arnie", pero comenzaron a caer las ofrendas y me la terminé creyendo. Acá les paso una foto de Arnie, que a mi entender no es muy parecido, pero bue...:

 
Lima y Huancháco
Nos costó mucho dejar Cuzco, ciudad que disfrutamos hasta el último minuto, tocando en la plaza de armas. De ahí, partimos hacia Lima con dos grandes amigos que cosechamos en la visita a las ruinas del Valle Sagrado de los incas: el Coco y el Mudo. Lima fue una gran sorpresa: nos esperábamos una ciudad fea, sucia y llena de gente, pero todo lo contrario. Fuimos a parar a un hostel en el barrio de Miraflores, una zona residencial de mucho dinero, con un malecón hermoso, con una vista al mar increíble, y en donde vimos una puesta de sol única. No podíamos creer los grandes contrastes que tiene perú: el día anterior estábamos en medio de las montañas, cagados de frío, totalmente apunados y ahora estabamos en la playa, con mucho calor, en esta pseudo Miami que era el barrio de Miraflores. Claro que no todo Lima es como Miraflores, pero el centro histórico, el mercado y el barrio chino, nos parecieron muy interesantes.
Después de pasar dos noches en Lima (vamos un poquito rápido ¿no?), dejamos a nuestros amigos y salimos para Huancháco, playa sobre el pacífico que recordaremos, por sobre todo, porque ahí nos dimos cuenta que nuestra guitarra (o mejor dicho, la guitarra del negro) se había partido al medio. Fue el primer bajón del viaje, y ahí comenzaría una larga odisea para reencontrarnos con un instrumento.
Bueno, demasiado por ahora. En breve vamos a contar lo que nos pasó en el amazonas, en la hermosa Venezuela de Huguito y nuestra emocionante llegada a Cuba.

Llegando a la Isla del Sol

En las islas de los Uros-Puno

Isla del Sol



Machu Pichu


Plaza de Armas-Cuzco


Tocando en la Plaza de Armas



En Lima con el Coco y el mudo


Puesta de sol en Miraflores


La costa limeña



Plaza de armas-Lima


Catacumbas en la Catedral de San Francisco-Lima



Catedral de San Francisco



Barrio Chino


Con el Mahatma



Con las chicas limeñas




La muerte de la guitarra y el nacimiento de una pasión