lunes, 1 de septiembre de 2008

Cuentos cortos bolivarianos (Parte II)

El gran debú

Estábamos nerviosos. Nunca lo habíamos hecho en el exterior. Ahí arriba me esperaba ella, extenuante, con su sensual figura. El ambiente estaba pesado, pegajoso, diría yo. Empezamos a transpirar bastante, y lo único que nos ayudaba un poco era esa fría cerveza. Por momentos nos venía el arrepentimiento: “no sé si hacer esto”, me decía Seco. “No, ya fue, salgamos de acá. Esto nos va a salir mal”. Yo trataba de tranquilizarlo: “Vamos pa’ delante Seco. Si no lo hacemos ahora ¿Cuándo?”
Llegó el momento. Tomé la iniciativa y subí las escaleras; al ver esas hermosas curvas quedé extasiado. Ella me incitó a cogerla con fuerza y, ni bien la toqué, empezó a aullar endemoniada. Esa guitarra tenía el diablo en su corazón.


La efervescencia política, los cambios sociales y la explosión cultural que se vive en Venezuela, despertó en nosotros el amor por muchas actividades que teníamos aletargadas, pero que alguna vez fueron importantes en nuestras vidas. Seco redescubrió su pasión por la música, y yo por el periodismo.
En Caracas el 90% de los jóvenes que conocimos trabajaban en los medios o en alguna actividad cultural, y todos con una posición política bien determinada. Hicimos amigos chavistas, y también, grandes amigos antichabistas (no existe el término medio en Venezuela), gente que trabajaba en “Globovisión” o “Globoterror”, como lo llaman desde el gobierno, el único canal privado de aire que queda en el país, y que el oficialismo también busca expropiar.
De los dos bandos buscaron captarnos. De un lado, persuadirnos del daño que hace el canal al país por su manipulación de la información, y del otro, convencernos de lo perjudicial que sería el monopolio de los medios por parte del estado. Y ahí estábamos en el Stand de recolección de firmas para la clausura del canal, preguntando, familiarizándonos con el tema, pero también hablando con los que juntaban firmas para impedir la expropiación.
Pero sin importar su signo político, la gente se portó excelente con nosotros; así fue como los chavistas nos invitaban a comer o nos regalaban esas gloriosas remeras rojas, y los antichavistas nos ofrecías sus casas para dormir y nos mostraban los maravillosos parajes venecos. Todo este clima revolucionario nos incentivó muchísimo, y nos dejó con ganas de volver por más tiempo a Venezuela.
Un día, “pelaboleando” en plaza Altamira -una de las plazas centrales de Caracas, símbolo de la lucha política venezolana, regada con la sangre de varios militantes-, sin saber en donde íbamos a dormir esa noche, comiendo nuestros clásicos de pan con atún y mucha mayonesa, escuchamos una música que venía de un grupo numeroso, a unos cincuenta metros de donde estábamos. Nos acercamos tímidamente, pero cuando nos vieron la cara de turistas, enseguida nos invitaron a sentarnos y a hacer música con ellos. Eran un grupo de estudiantes de música, y estaban haciendo música folclórica venezolana, con baile incluido, rasgueando una guitarra, dibujando melodías con un violín y tamborileando con mucha percusión.
Pero un instrumento en particular nos llamó mucho la atención. Una especie de guitarra pequeña, de cuatro cuerdas, parecida a un Ukelele, que tenía el aval de ser el instrumento nacional de Venezuela. Al “cuatro” lo estaba interpretando un cuatrero de la concha de la lora, y su sonido nos cautivó inmediatamente. Al otro día estábamos quemando nuestros últimos U$40 para conseguir ese noble instrumento, que tantas alegrías nos dio por el resto del viaje.
Rápidamente aprendimos nuestros primeros acordes. Un día, jugando con el instrumento, logré juntar un Fa sostenido, seguido de un Si menor y culminando en un Do sostenido séptima. Seco paró la oreja enseguida.
-¿Qué es eso?- me preguntó.
-No sé, creo que son los acordes de “Hasta Siempre”.
-A ver, prestame- me dijo Seco, mientras me arrebataba el instrumento.
Y así fue como José se aprendió enseguida la canción del Che Guevara, una rola que interpretaría entre 12 y 17 veces por día, y fue la canción con la que abrimos nuestro show debut en el “Moline Rouge”, con guitarra y a dos voces.




*El cuatro y Venezuela: que buena vaina!

En el ateneo popular en el que estábamos alojados, nos reencontramos con Pedriño, el brasilero que habíamos conocido en la frontera, músico de profesión. Hablamos de hacer algo de música para hacer unos bolívares y tirar un poco más. Así que decidimos ir un martes al “Moline”, el boliche de Rock caraqueño, un día en que sabíamos que no tenían números musicales contratados. Los gerentes del lugar nos aceptaron fácilmente, pero nos ofrecieron la paga clásica del músico, el salario milenario de esta profesión. Hubo una época en que el sueldo se pagaba en sal o en especias, pero para el músico, Dios siempre nos tuvo reservada una paga en una equivalencia mucho más interesante. Ya Timoteo de Mileto, en la antigua Grecia del siglo V a.c, uno de los inventores del Hit, de la canción masiva, y uno de los fundadores de la composición individual (y no anónima como hasta ese momento), recibió su primer paga en vino y cerveza. Y claro, a nosotros también nos darían dos baldes llenos de latas heladas y deliciosas de cerveza “Polar”.
Después de la aplaudida y mágica “Hasta siempre” (que nos salía espectacular), tocamos una improvisada “Other Side” de los Red Hot, que puso de relieve el acento londinense de Seco, un inglés de mierda que nos hizo morir de la risa a los dos mientras la tocábamos. Después vinieron algunas de Bob Marley, y le cedimos el espacio a Pedro, que se cantó su set de excelentes canciones propias.
Llegar a la embriaguez que produce el alcohol era un estado que casi habíamos olvidado, algo difícil de lograr cuando no tenés un peso. Esas cervezas que habíamos conseguido con el sudor de nuestra frente, le dieron un valor agregado a una noche que difícilmente olvidaremos.

14 comentarios:

Anónimo dijo...

Salud a las Polares y al Che!
Viva el Cuatro y la Música!
Que el viaje nunca se olvide.
Abrazos

Anónimo dijo...

salute por lo que vivieron en la patria grande desde el Rio Bravo hasta el estrecho de Magallanes!

cada lugar, una vivencia para contar e?

bue Lisandro espero una nueva entrada, segun lo qe vieron tus ojos
cuidate
coco paz

Anónimo dijo...

Muy bueno lisa, me alegro que aprendan a ganarse las cosas con el sudor de sus frentes, es la unica forma de aprender a valorar, y le da ese gustito tan rico que nos enseña que todo es posible siempre y cuando peliemos por lograrlo. Un abrazo latinoamericano!

Anónimo dijo...

Es conocido el hecho de que Brian Wilson de los Beach Boys luego de escuchar el "Sargeant Pepper..." de los Beatles y apreciar el talento que manifestaba dicha obra de arte, entrò en una depresion que lo tuvo tirado en la cama por dos años y sin hacer musica.
Algo asi le ocurrio al relator de Bandera Latinoamericana despues de leer los relatos de Lisa.
Un abrazo hermano!
Nos vemos alla!
Aguante Histeria!!!

Anónimo dijo...

Excelente anotación histórica Lisandro, al hacer referencia al tipo de paga que recibían los antiguos músicos griegos. Uno no solo se divierte escuchándolos, sino también aprende. Les envió un saludo.

Anónimo dijo...

muy bueno lisa, segui con los relatos.
abrazo Fernando

Anónimo dijo...

Innata! esa es la palabra que describe perfectamente tu manera de escribir y contar historias que invitan a ser leídas con tan solo cruzar la primera línea; y la pasión con la que describes a la guitarra se torna contagiosa y agradable; el poder delinear de esa manera ese “algo” que te emociona con tan solo pronunciarlo, hace que nos apoderemos del contexto y también podamos sentirlo.
Estuvo bueno mostrar ese gran contraste político por el que pasa actualmente Venezuela, pero lo mas resaltante fue el hecho de saber que existe gente con gran corazón, no importa si es chavista o antichavista, lo que hace darnos cuenta que por mas diferencias políticas y sociales que hayan, prevalecen otras cosas mas importantes como darle la mano aquel que en ese momento lo necesita.
Eso si algo que quedo clarísimo fue que se ganaron las “Polar” a punta de sacrificio y punteo sobre el cuatro… sin palabras!
Un beso grande Lisa

Federico McCartney dijo...

Me verás volver histeria!!!

Se podrá vivir de la música... bah, digo, podremos vivir de la música?

de todas formas, sin música no podríamos vivir...

Anónimo dijo...

Tuve un problema e dificil solucion en una
época difícil de mi vida.
Estaba entre la espada y la pared,
y aguantando la opinión de mi familia.

Yo no quería una vida normal,
no me gustaban los horarios de oficina.
Mi espíritu rebelde se reía
del dinero, del lujo y el comfort.

Y tuve una revelación,
ya se que quiero en esta vida.
Voy a seguir mi vocación
será la música mi techo y mi comida.

Porque yo
no quiero trabajar,
no quiero ir a estudiar,
no me quiero casar.
Quiero tocar la guitarra todo el día,
y que la gente se enamore de mi voz

La Guitarra(Autenticos Decadentes)

Anónimo dijo...

como lo prometí y obviando la paja q me da ponerme a escribir en estos lugares (pero siempre los leo y me encantan!!) je te dejo un besote enorme Liso! Me encanta como describis las historias... nos metes en esos lugares y por un momento capaz que estamos ahi con Uds! je Besos! Nos tenemso que juntar a matear un ratin tranquilos dps! Avisen cuando anden por bs as!

Anónimo dijo...

toc, toc...hay alguien por ahí...estamos ansiosos de nuevas anecdotas...
Besos!!!

Romi dijo...

Ayer escuche a uno de uds. en la Metro y me re enganche con la aventura de sus vidas, re loco!!! fascinante!! Les cuento que en enero nos vamos con 4 amigas a recorrer Bolivia y Peru asi que, imaginense, leer sus historias es como "escuchar al maestro". De verdad han logrado meterme en cada rincon y momento transitado. Los felicito! por animarse y por poder contarlo de manera tal que nos transportan!! un saludo grande!!!
Romi

Anónimo dijo...

al que escuchaste en la metro era a rodrigo de www.banderalatinoamericana.blogspot.com

Anónimo dijo...

holaaa, q onda?? bueno, mirando el blog de bandera (amigos q conoci en el paradisiaco caribe mexicano) me tope c este blog y al hacerceme parecido me tome mi tiempo p leerlo... bieeen chidas las historias y los relatos, desde el viaje pshycodelico hasta encontrar los acordes de "Hasta siempre"...

soy porteña y hoy entiendo lo q significa... pero no se puede cambiar asi q mucha honra, no? =)

les mando besos y exitos...

gabydelick (o la gaby gaby, jaja)